Archivo por días: marzo 25, 2021

Paola Ruiz Pastrana, Lit. Universal de Adultos, comparte un sueño

Mi sueño es a la vez repetitivo y un poco inquietante.

Empieza conmigo en medio del bosque. Yo empezaba a caminar por un sendero,  estaba descalza y con la ropa manchada de sangre y solo tenía ganas de llorar, flotaba la sensación de que tenía que salir de ese bosque o de lo contrario iba a pasarme algo malo. No veía a nadie ni a nada a mi alrededor: solo árboles y oscuridad. De repente llegué a una especie de casa abandonada. Sentía que tenía que entrar. Cuando me encontraba frente a la puerta comenzó a invadirme la desesperación, me agachaba y me tapaba los ojos  con las manos y, cuando los volvía a abrir, estaba en mi habitación tumbada, pero no me podía mover, sabía que había alguien más allí pero ni la veía ni la escuchaba, solo sentía mucho miedo por no poder moverme y sentir su presencia. Cerré los ojos con la esperanza de que todo acabase y, cuando los volví a abrir, había en el marco de la puerta la sombra de un hombre.

Hera, alumna de Lit. Universal de Adultos, comparte uno de sus sueños

Mi sueño es bastante personal, pero ha sido el que más me ha marcado.
Cuando tenía once años, falleció mi abuelo materno. Teníamos una relación muy estrecha, ya que viví en su casa durante cinco años. Fui su primera nieta…Tras una operación a vida o muerte por un cáncer de colon que le trataron como «gases», falleció. Yo no supe nada hasta tres días después, no estuve en su entierro ni nada, simplemente un día le vi por última vez sin saberlo.
Esto pasó cuando tenía once años. Unos ocho años después, soñé que estaba en su casa, como una tarde cualquiera y de repente él se ponía muy malo y moría en mis brazos.
Fue un sueño del que aún me acuerdo muy bien porque me hizo pensar mucho, en cómo mi cabeza tantos años después, seguía con eso guardado y recreó su muerte como para hacerme saber que sí, que murió pero que esté donde esté, está bien. Que esta pérdida ocurriese a una edad tan temprana y sin siquiera esperarlo o poder despedirme, me hizo muy difícil superarlo, pero he de confesar que desde ese sueño, a pesar de haberme despertado histérica, fue diferente. Mi cabeza antes nunca terminó de poder aceptar o creer que él ya no estuviera, y sólo a raíz de ese sueño pude. El cuerpo nunca dejará de sorprendernos.

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«El Camino» de Miguel Delibes, por Lucía Martín Jiménez, de 4º ESO B.

Extraordinario trabajo de Lucía Martín, que comparte con la comunidad de ComunicA. En él conecta la novela de formación (bildungsroman) de Delibes con su propio camino personal, a través de un sugestivo alfabeto de términos e imágenes pictóricas.

«La ayuda de un amigo» de Josu Iriarte Pereda