Qatar, la copa mundial más infeliz
El pequeño país arábigo más rico del mundo celebra el mundial más caro y polémico de toda la historia. ¿Cómo la FIFA ha aceptado realizarlo en un país sin derechos en pleno siglo XXI?
Desde hace décadas la FIFA ha optado por celebrar el Mundial de Fútbol en países con poca tradición futbolera. Comenzando en 1994 con Estados Unidos y convirtiéndose ya casi en una costumbre, siendo el último mundial en 2018 en Rusia.
La extracción y producción del petróleo han convertido a Qatar en una potencia mundial junto con China y Rusia, permitiendo a los billetes la celebración de este evento con el gasto de más de doscientos mil millones de dólares en estadios e infraestructuras.
A pesar del progreso económico que ha obtenido este pequeño país de Asía en el último siglo, hay otros factores en los que no está tan modernizado como Europa Occidental.
«De repente todo el mundo quiere vernos. Somos una comunidad cerrada, y quieren venir con sus diferencias. ¿Cómo podemos nosotros expresar nuestros valores», cuenta la periodista Mariam Dahrouj.
Qatar es un país donde los derechos humanos son un espejismo, discriminan a las mujeres, a las personas del colectivo LGTBI y a los inmigrantes. A lo que acompañan también la supresión de la libertad de expresión y las acusaciones de corrupción. Esto refuerza la idea de que los derechos humanos no existen y son lo que se conocen como “papel mojado”.
Los inmigrantes representan el 90% de la mano de obra en un país de tres millones de habitantes. Según el diario británico The Guardian más de 6.500 personas han fallecido en las construcciones, aunque Qatar solo reconoce 500 de estas, intentando ocultarlas por todos los medios posibles. No se realizan investigaciones de estas muertes y se las reconoce como muertes por “causas naturales”, como trabajar a cincuenta grados de temperatura, sin asistencia sanitaria y con una sola comida al día. “Mi vida aquí es como estar en una cárcel. El gerente de la empresa dijo: Si quieres quedarte en Qatar, cierra la boca y sigue trabajando” comentaba Deepak, obrero metalúrgico de las obras del estadio Jalifa.
El artista español Eugenio Ampudia presenta “Kickin´ Rights Cup” donde expresa que 53.000 veces se han pateado los derechos humanos en este mundial. Este es el número de veces que los jugadores han golpeado el balón. El objetivo de este proyecto es hacer visible la violación de los derechos cambiando el balón por el libro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
“Pese a las denuncias de que Qatar consiguió comprar el mundial mediante sobornos, pese a ser evidente que las estructuras de poder del fútbol internacional están instaladas en la corrupción, nadie ha impedido que el Campeonato Mundial de Fútbol se haya celebrado en un país sometido a un régimen teocrático en el que quienes lo dirigen desprecian abiertamente los más elementales derechos humanos”, expresa el artista.
Además de que las mujeres siguen necesitando el permiso de su tutor varón, ya sea su padre o su marido, para tomar decisiones como estudiar, casarse o viajar, los policías niegan la entrada a los estadios a los aficionados que portan brazaletes o banderas de arcoíris como reivindicación del colectivo LGTBI. Qatar posee dos artículos del código penal que castigan las relaciones de dos personas del mismo sexo con hasta 7 años de prisión, ya que la homosexualidad es considerada una desviación mental.
“Durante el Mundial pasarán muchas cosas en el país. Hablemos de los homosexuales. Todo el mundo aceptará que vengan. Pero tendrán que someterse a nuestras reglas” dijo Salman, embajador del Mundial y exjugador qatarí.
Harry Kane, capitán de la selección inglesa iba a llevar un brazalete, como reivindicación de los derechos LGTBI. En él se podía leer el lema “One love”. Otras nueve selecciones se habían unido a esta iniciativa pero presionados por la FIFA ninguna lo hizo. A consecuencia del brazalete el jugador recibió tarjeta amarilla al iniciar el partido.
La selección alemana se echó para atrás en la iniciativa pero protestaron así, tapándose la boca, en contra de la censura.
Durante dos años, Qatar fue investigada después de ser acusada de sobornar a los funcionarios de la FIFA para asegurar su posición, e incluso a eurodiputados y asistentes parlamentarios para influir en decisiones políticas a favor de Qatar.
Este no es el único acto corrupto por parte del país y que la FIFA ha aceptado. En el primer partido del mundial, Qatar contra Ecuador, intentaron comprar a los jugadores del equipo contrario. Este soborno fue rechazado por los jugadores ecuatorianos y el equipo qatarí perdió 0-2.
El Mundial ha finalizado con la final desea por el Emirato de Qatar. Las dos estrellas del equipo del que es dueño el Emirato, el Paris Saint-Germain, cara a cara. Lionel Messi, el rey del fútbol argentino y el aspirante al trono, el francés Kylian Mbappé. Finalizando con la victoria de Argentina tras un duro pero precioso partido, teniendo que llegar a penaltis. ¿Estaba planeada esta final desde el principio? ¿Y el ganador?
Qatar nos ha demostrado que no se merece un premio como un mundial, mostrando el lado espantoso de un hermoso juego. ¿Será el próximo mundial otra vez llevado por el dinero?
Carmen María Moreno García.