El alumnado de 2º ESO C de PMAR ha realizado una actividad de creación literaria. En el trayecto de la imaginación al papel han inventado personajes, ambientes y sucesos extraños. Todos con el punto en común del misterio y el terror y con la intención de sorprender a sus lectores. Primero han dado forma a sus relatos y luego los han leído al resto de compañeros en el patio del instituto. Finalmente los han utilizado para decorar el aula en la que aprenden y se relacionan cada día.
El Cementerio del terror
El día 15 de Agosto de 1989, había un niño llamado Pablo, que vivía con su padre en una casa al lado de la playa. Pablo y su padre fueron ese día al cementerio de noche para ver la tumba de su abuelo que se llamaba Enrique. Los dos llegaron al camposanto en coche. Lo aparcaron enfrente, en un bosque oscuro. Después, se dirigieron a la tumba del abuelo y el padre decidió abrirla para ver si seguía dentro de la caja. Abrieron la caja con una pala y vieron que estaba… ¡vacía!
Los dos se quedaron impactados al ver que no había nada dentro del ataúd. Entonces escucharon una voz penosa que provenía del bosque oscuro. Ambos, padre e hijo, eran curiosos, así que decidieron ir a ver de quién podía ser esa extraña voz. Y la reconocieron, les resultaba familiar: era la voz del fantasma del abuelo Enrique. Estaba ahí. Tenía los ojos blancos como la leche y apareció para atacar a las personas que se acercaran al cementerio. No reconocía a Pablo ni a su padre, porque el abuelo falleció con problemas de alcohol. Y además estaba manipulado por el demonio Satanás que controlaba a los espíritus. Pablo y su padre (ahora sí) estaban asustados y comenzaron a correr como locos para no ser asesinados por el terrible fantasma. En ese momento, el fantasma pudo atraparlos con una cruz que representaba a la muerte. Lo hizo porque puso el objeto a la luz de la Luna y le dio el poder de atraparlos. Además, el fantasma no sentía ninguna emoción porque Satanás le quitó las emociones, a cambio de la vida eterna, convirtiéndose en un ser sin emociones ni sentimientos. El fantasma los mató devorando las almas de los dos. Después le ofreció las almas a Satanás para sentirse más fuerte.
Satanás es ahora un ser que no dejará a nadie con vida porque es un demonio de los más temibles y poderosos. Después de la muerte, Pablo y su padre terminaron en el fuego eterno del infierno para sufrir un castigo eterno mientras Satanás se bañaba en la sangre de sus víctimas.