Por Rosa Herrera Villegas (2º Bach. Ciencias)
A lo largo del tiempo y gracias a la historia podemos pensar que hemos
logrado un avance a nivel social en muchos sentidos: la revolución
industrial, la tecnológica, etc.
Pero, ¿hemos conseguido hacer de este, un mundo justo?
Es cierto que con el transcurso de los años hemos cambiado gracias a
numerosas reivindicaciones y protestas, pero aun así los conflictos
armados, la pobreza y el hambre (entre otros) son solo algunas de las
terribles noticias que estamos acostumbrados a recibir diariamente. Un
claro ejemplo es la guerra entre Israel y Palestina; personalmente las
guerras me parecen un fracaso a nivel humano debido a que esta claro
que por muy evolucionados que nos sintamos, seguimos viendo solo
nuestras diferencias las cuales solo logran dividirnos aún más cuándo la
solución debería ser unirnos.
Lamentablemente, ya ni si quiera nos sorprenden estos titulares pues
nos hemos convertido en seres deshumanizados y separados por el
individualismo.
Al no sorprendernos, no nos sentimos responsables ni capaces de
hacerles frente. También se debe a que nadie se molesta en preguntarse
si podría contribuir a la mejora de estas situaciones, pues mirar hacia
otro lado es lo más fácil cuando el problema no te llega directamente.
Desde mi punto de vista, la única forma de atenuar estas desigualdades
e injusticias es desde la rehumanización, llevada a cabo mediante estos
valores: una buena educación que permita razonar críticamente y con
madurez, la capacidad de diálogo junto con el compromiso y por último la
empatía y solidaridad.
Estos valores de los que en muchos casos carecemos podrían
fomentarnos a involucrarnos y así que cada uno pusiese un pedacito de
sí mismo para construir un lugar más justo.