Todo comenzó una noche en casa de mi novio. Él se quedó dormido pegado a la pared, yo estaba al otro lado de la cama, mirando hacia el techo y sin sueño, así que empecé a concentrarme en su respiración y luego a escuchar la mía, pero de repente comencé a escuchar otra respiración al otro lado, y la percibía como de un hombre mayor. Me concentré un rato escuchando las tres. Sentí miedo, por lo que decidí despertar a mi novio, pero no pude moverme ni hablar. Veía todo el cuarto muy oscuro y no podía hacer nada. Entré en una especie de pánico, pero me dije, ya está Marta, relájate y te duermes (yo pensaba que estaba despierta). Al minuto me pasa de nuevo, quiero despertar a mi novio, pero no puedo. Me asusté más aún y de repente siento que empiezo a flotar por encima de mi cuerpo. Miro atrás y hacia abajo y veo a mi novio, dormido tal cual estaba, sin embargo a mí no me veía. No controlaba la situación, había perdido el control de mí misma, por lo que volví a irme hacia abajo, despertarme y despertarlo. Esa noche no pude dormir más. Todavía le doy vueltas a todo.
Marta Fernández (Literatura Universal de Adultos) sueña
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