Un alumno nuevo se ha incorporado al aula de Literatura Universal del turno de Adultos. Como es esquivo, se esconde bajo las mesas y, además no se deja fotografiar, a sus compañeros no les ha quedado otra que dibujarlo.
Se llama Gregorio y se cree que ha sufrido una metamorfosis. En realidad cada vez que los tiempos se vuelven angustiosos y turbulentos y los estudiantes leen a Kafka a Gregorio le da por asomar la cabeza, agitar las patas y subirse por las paredes. Dicen de él que es expresionista, marginado y que, el poco caso que le hace su familia y el acoso que sufre en su trabajo, lo compensa asistiendo a las clases de la profesora Vicky Grund desde la última fila.