Casinos. ¿Ocio o el principio del fin?

 

 

La abundancia de casas de apuestas atosiga las calles e incrementa las apuestas juveniles.

Burrhus Frederic Skinner fue uno de los psicólogos que se encargaba de estudiar el comportamiento de los seres vivos. Uno de sus experimentos se basaba en poner una jaula con varias ratas, con la particularidad de colocar un botón. Ese botón era rojo, llamativo y cada vez que los roedores lo pulsaban recibían una recompensa. Siempre que pulsaban recibían comida. Naturalmente solo lo hacían solo cuando tenían hambre, Skinner decidió convertir esa recompensa segura en una aleatoria y pudo percatarse de que las ratas se tomaron eso como un modo de entretenimiento. Empezaron a pulsar el botón independientemente de si tenían hambre o no durante ratos prolongados.

Casa de apuestas Joker a solo 200 metros del I.E.S. Romero Esteo

Se denomino este experimento como la “caja de Skinner”. Este experimento nos lleva a la conclusión de que cuando la recompensa es aleatoria provoca un estímulo en nuestro
cuerpo que nos causa querer seguir realizando esta acción repetidas veces provocando una rutina adictiva. Un proceso similar pasa en los casinos, aunque una persona pierda repetidas veces siempre va a pensar que la siguiente va a ganar, provocando este estímulo.

En España en el año 2017 se transmitieron aproximadamente 2.700.000 anuncios en diferentes medios de comunicación. Este masivo bombardeo de anuncios ha sido uno de los causantes principales sobre la gran cantidad de jóvenes involucrados en apuestas. En Málaga y Sevilla hay 202 y 194 casas de puestas. Según el diario de Sevilla, hay una casa de apuestas por cada 10.000 habitantes.

Estos datos son preocupantes. Lamentablemente cada vez más jóvenes apuestan. La publicidad no es lo único que afecta, la cercanía de estas casas con los centros educativos es preocupante, ya que tenemos una juventud más liberal y no es extraño ver niños con 15 años fumando o apostando. Es cierto que los casinos piden una verificación para ver la mayoría de edad, pero hay un vacío legal respecto de las apuestas online. Puedes usar verificaciones de conocidos mayores de legal y para retirar el dinero generalmente no hace falta verificar la cuenta si la suma no supera los 150 euros.

Otro factor, sobre todo para que el público más joven normalice el hecho de apostar, es la presencia de famosos en anuncios que sirven como reclamo. No hace falta un poder monetario muy grande para poder apostar ya que puedes empezar con cantidades muy pequeñas. Esto supone una tentación. Se piensa que apostar poco no es perjudicial.

Es triste esta situación, incluso nosotros hemos pensado en apostar o ya lo hemos hecho alguna vez. Se ha convertido en algo tan normalizado como lo es fumar tabaco. Cada vez que volvemos a casa vemos a niños con el cigarro en la boca perdiendo todo el dinero en la tragaperras mientras el dueño los mira con una sonrisa que contiene cierta maldad.

Los jóvenes no son los únicos protagonistas de esta desgracia. En la clase social media-baja se encuentra la mayoría de clientes de estas casas. La ludopatía cada vez es más común en la gente que apuesta. Conocemos personas cercanas que en una sola noche se han gastado todo el sueldo, muy pasados de copas, solos en la calle  y sin dinero para volver.  Realmente es un veneno en nuestra sociedad que hace mucho daño.

Nuestro compañero Agustín Rey ha realizado una pequeña entrevista en forma de audio a su padrastro, que estuvo trabajando 10 años en una casa de apuestas. En ella nos desvela aspectos que suceden en el interior de un casino. Relatos que preferimos que escuchéis.

 

Reportaje realizado por Francis Anillo Márquez, Javier Oliver Torres, Raúl Martín Canales y Agustín Rey Boullosa.

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