El alumnado de Diversificación de 3º ESO reconstruye la desaparición de Kenan y Jimena y aporta teorías al caso

Divididos en grupos de tres alumnos y durante el mes de octubre y noviembre han ido realizando una inspección ocular de los lugares que transitó la pareja durante su paso por el Romero Esteo, han entrevistado a personas que los conocieron y han tratado de discernir lo que es leyenda urbana y lo que pudo ocurrir realmente.

Finalmente cada grupo ha elaborado una historia con su propia versión de los hechos. Seleccionamos algunas de ellas para ComunicA.

 

EL MISTERIOSO Y AMOROSO CASO DE KENAN Y JIMENA

                                                           Por Fedwa Daraoui, Marwa Hda y Amanda García Jiménez

1990 fue el año en que se separaron los institutos Romero Esteo y Ben Gabirol. En ellos estudiaban dos alumnos llamados Kenan y Jimena, que tenían 15 y 16 años respectivamente.

Jimena era una chica tímida, amable, no era problemática y siempre estaba metida en lo suyo. Tenía el pelo castaño, ojos verdes, era de altura media, morena de piel y vestía siempre con pantalones de campana y jerséis de rayas. Kenan también era un chico tímido, amable aunque problemático, aunque eso no quitaba que fuera buena persona. Era moreno, tenía ojos marrones, era de altura media y vestía con pantalones vaqueros y camisas de cuadros.

Kenan estaba en el Ben Gabirol y Jimena llegó al instituto Romero Esteo como alumna nueva, no conocía a nadie y no se juntaba con nadie de su clase, en los recreos siempre estaba sola. Verdaderamente no estaba integrada.

Un día, era la hora del recreo, Kenan tuvo un problema con otro compañero y Jimena lo vio solo y se le acercó para saber cómo estaba, así que empezaron a hablar durante todos los recreos, hasta que llegaron a un nivel de confianza en el que se contaban sus vida privada y todos sus secretos. Resultó que sus dos familias se conocían sin que ellos lo supiesen y lo que es peor: tenían problemas y además estaban enfrentadas. Conforme pasaban las semanas empezaron a sentir cosas hacia el otro, sentimientos más profundos. Por fin hablaron. Kenan se declaró primero y le pidió salir a Jimena y ella obviamente le dijo que sí. Hacía tiempo que lo deseaba.

Con el paso del tiempo el amor iba creciendo y, como los dos estaban en distintas clases, se escapaban una y otra vez para verse en los cuartos que hay en los dos institutos. Así vivían su amor. También en esa época era muy popular hacer la ouija, era una auténtica moda, así que no se les ocurrió nada mejor que ir todos los días a los cuartos, además de para verse, para hacer ouija. Cada vez que faltaban a clase los profesores sabían que estaban los dos juntos en los cuartos que estaban por el instituto y que todavía existen. Siempre los iban a buscar y los encontraban ahí, hasta que un día… Un día faltaron como siempre a clase y fueron a buscarlos unos profesores, cada uno a un cuarto. Y nada. No estaban. Miraron en todos los cuartos y en uno encontraron una tabla de ouija, sangre en el suelo,un muñeco y un cuchillo. También en esa época era relativamente habitual hacer pactos de sangre entre los enamorados…

No se sabía qué les había pasado. Todo era un misterio. La gente empezó a especular, a inventar rumores. Ya no se sabía en qué creer, qué era cierto y qué no. El caso se quedó ahí. Los jóvenes y mayores del barrio, incluso hoy en día, cada vez que nombran a estos dos chicos, cambian mucho su actitud, parece que les da miedo y no quieren hablar del tema. Pero hay una profesora llamada Vicky que sí sabía qué les había pasado. Estuvimos mucho tiempo convenciéndola, hasta que por fin un día se decidió a compartir lo que sabía del asunto. Y era terrible. Peor de lo que imaginábamos:

Kenan y Jimena en uno de sus encuentros entraron en conexión con espíritus y con personas muertas. Desde ese momento en el Romero Esteo, nos dijo Vicky, al caer la noche se ven sombras, espectros deslizarse por la tercera planta. Y sí: son Kenan y Jimena los que, desde el otro lado, nos recuerdan que no olvidemos su triste historia. Así que, lo que una vez fue un cortejo de amor hoy es un cortejo sobrenatural.

 

 

 

 

UN MISTERIO SIN RESOLVER: LA VERDADERA HISTORIA DE KENAN Y JIMENA

                                     Por Antonio Barbero Mármol, David Coca Rivero y Gabriel González Salazar

Hace treinta y dos años hubo una pareja en nuestro instituto, formada por los alumnos Kenan y Jimena. Kenan siempre había estado en su misma clase, pero en Primero de ESO llegó una chica nueva. Se llamaba Jimena. Ella era muy tímida, él en cambio más abierto. Comenzaron a sentirse atraídos, hasta que un día decidieron conocerse, profundizar en su relación. Primero como amigos, luego saliendo juntos. Incluso se saltaban las mismas clases y se refugiaban en los cuartos, almacenes y sótanos del instituto…

Kenan era el que le ponía más interés a la hora de salir con Jimena. Kenan era romántico, amable, valiente. Jimena más bien tímida, simpática y cariñosa. Kenan tenía los ojos azules, era moreno y su vestimenta clásica. Su familia era elegante, de profundas creencias religiosas y muy solidarios. Jimena tenía el pelo rubio y largo, sus ojos eran marrones, era más bien bajita y vestía al estilo de los ochenta: camisas de colorines, vaqueros cortos… Su familia era moderna, algo clasista y atea.

Un día normal de clase los dos se metieron en el almacén de la tercera planta. Allí pocas veces los buscaban. El almacén era pequeño, oscuro, tenia muebles viejos y la mayoría de ellos estaban rotos. Fue allí dentro donde Kenan le dio su primer beso a Jimena. A ella le gustó muchísimo esa muestra de cariño y se sintió cómoda: era la primera vez que la besaban.

Para celebrar su amor decidieron hacer juntos un ritual satánico con una ouija, ya que los dos eran seguidores de lo paranormal. Allí en el almacén había un muñeco con los ojos rojos sobre el que había una leyenda que Kenan le contó a Jimena. Era una leyenda que conocía muy bien el conserje del instituto. Decía que cuando mirabas al muñeco a sus ojos sufrías una maldición. Para que eso no ocurriera debías llevar puesta una pulsera antimaldiciones.

Kenan empezó el ritual. Se comportaba de una manera muy extraña mientras hacía la ouija. Y era porque estaba poseído por la maldición del muñeco. Le había mirado a los ojos antes de empezar y ahora Kenan parecía poseído por el mismísimo diablo. Lo que pasó a partir de ese momento se convirtió en la historia más sangrienta y trágica del Romero Esteo: Kenan mató a sangre fría a Jimena. La asesinó asestándole golpes y más golpes en su cabeza con un martillo. Después de la masacre, Kenan cogió el cuerpo de Jimena, la que hasta ese día había sido su amor, quemó su cuerpo y, una vez incinerada, tomó sus cenizas y las arrojó al mar. Así nunca la encontrarían. Luego él se arrojó a un precipicio para acabar con su vida y nunca volver.

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